Love Pistols RPG
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Mensaje  Mr. Lovesong Vie Ene 20, 2012 12:02 am

Eran las 10 de la mañana y el sol estaba en lo alto cuando Mr. Lovesong abrió los ojos por fin. Como una burbujeante gaseosa al ser destapada, el dolor fue subiendo por todo su cuerpo hasta concentrarse en su cabeza, se llevo la mano a la cien y comenzo a masajear en circulos para intentar reacomodar sus ideas. Miro a su alrededor y noto como la prostituta con la que había estado la noche anterior se había levantado antes que él y al parecer, había tomado varias cosas que no le pertenecían. Mr. Lovesong sonrió y se recostó de nuevo boca arriba recordando que al menos la noche había valido la pena.

Se puso de pie y camino por el hedionda habitación la cual olía entre cristal (Meth) y alcohol. El piso estaba infestado de cenizas y otras basuras. Se detuvo en el borde de la ventana y espió a la recepción del motel, su tiempo se acabaría en un par de horas más. Destapo solo un poco las cortinas para que la luz entrara, luego se recostó en el piso justo donde los rayos del sol golpeaban fuertemente. Desnudo sobre la basura y la inmundicia retomo el sueño. Al menos no tenía frio ahí. Después de 2 horas despertó de nuevo, esta vez la resaca era menor, un poco de sol y mas sueño siempre le ayudaba a recobrar sus sentidos. Se arrastro por la habitacion como una serpiente escamosa removiendo la basura a su alrededor y escaneo brevemente la mesita de centro, era inútil, toda la droga había sido robada incluyendo sus cigarrillos. -Psst...- Paso su lengua entre sus dientes y pronuncio un sonido parecido a un chasquido, una muestra de desgano que usualmente mostraba cuando parecía molesto, -esa zorra me dejo más limpio que a un Mormón.- camino a la única silla de la habitación y tomo sus pantalones y una camiseta sucia que decía "Dream On". Era la última noche pagada de la habitación y era tiempo de marcharse. Su cartera se encontraba vacía pero la tomo y después de arrojar la llave a la recepcionista salió del motel.

Era medio día y la ciudad parecía más ruidosa de lo normal. Al menos así lo sentía Mr. Lovesong. Claro, después de pasar una semana entera sin salir de su habitación solo llamando a prostitutas y drogándose, era de esperarse. Usualmente se tomaba una semana de cada mes para vivir el desenfreno de sus deseos, algo así como una tradición para no perder la razón por completo. Pero finalmente tras una semana de locura, venia la parte divertida. El trabajo.

Primero necesitaba algo para comer, así que se acerco a un puesto de hot-dogs y pidió 1 salchicha con todo, al terminarla pidió otra... y luego una mas y otra. Comió alrededor de 6 salchichas y patatas, después de todo su único ingesto de proteínas durante la semana anterior era cuando roseaba betún sobre las prostitutas durante el sexo. Termino la última salchicha y después saco su cartera. -Diablos! no lo puedo creer, nunca me había pasado antes!- su reacción fue de una agradable sorpresa con una sonrisa en su rostro. El señor que atendía el puesto de salchichas se sorprendió, aunque parecía que estaba inquieto, parecía que se olía un truco. -Mi hija, olvide que le di su mesada justo esta mañana y me quede con lo justo para el autobús. Debo ir al banco para sacar dinero, podría esperarme tan solo 1 minuto?- El Sr. del puesto no parecía nada convencido con la historia y parecía que no caería, pero Mr. Lovesong tenía un As bajo la manga. -Mire, esta es mi pequeña,- saco una fotografía de su cartera y se la paso al señor, -no es un ángel?- la fotografía mostraba a una pequeña de risos dorados, un recuerdo que había tomado de la ultima casa ajena en la que había irrumpido varias semanas antes. -Le diré que, sostenga la fotografía y volveré en un minuto. Es mi tesoro, así que procure no perderla.- Aun después de su pequeño teatro el dueño no parecía muy convencido, pero acepto. -Bien, vuelvo enseguida- Salió corriendo con dirección a la cabina de ATM pero al arribar solo dio vuelta a la esquina y desapareció. Alcanzo a escuchar como el dueño del puesto le gritaba cosas horribles, pero pronto el ruido de la ciudad disipo los quejidos con el ruido cotidiano de la gran urbe.

Cuando estaba lo suficientemente lejos aflojo el paso y finalmente se detuvo. Miro sus prendas y se olfateo un poco. -Bhuag... debí darme una ducha antes de dejar el motel.- para comenzar su trabajo usualmente prefería dar una buena impresión. Así que ubico a la persona que estuviera mejor vestida a su alrededor. -Aja... tu servirás- encontró lo que parecía un nerd de una gran empresa de computación, estaba vestido con un traje negro con moño rojo, un par de gafas de plastico grueso y sostenía su maletín como si fuera un tesoro, un completo ñoño. Mr. Lovesong Rasgo su pantalón y corrió para alcanzar al nerd.

-Disculpe, ayúdeme, por favor...- el joven se asusto y sujeto el maletín fuertemente en su pecho. -Por favor, un contenedor de basura... cayó sobre mi amigo, ayúdeme a sacarlo- el tipo parecía sumamente atemorizado, pero siguió a Mr. Lovesong para ayudarle. Lo encamino a un callejón y sin problema alguno lo derribo de un golpe. -Ley de la jungla amigo- Tomo su ropa y salió de ahí lo antes posible. Entro a un restaurante y fue directo al baño para asearse. Era ese tipo de restaurante que tenía un hombre en el inodoro para otorgar mentas e incluso colonias. Al entrar Mr. Lovesong se le quedo mirando y saco la cartera del nerd para examinarla. Solo contenía treinta dólares. "Psst.. que perdedor" pensó, tomo los treinta dólares y se los puso en el bote de propinas al señor, -Cierre la puerta y ayúdeme-

Con la ayuda del hombre del inodoro, Mr. Lovesong salió oliendo y viéndose como un hombre nuevo. Tiro el moño de nerd a la basura y destapo un poco su pecho desabotonando la camisa. Estaba listo para trabajar.

Camino hasta un pequeño bar en el centro y entro. Eran aproximadamente las 5 de la tarde así que aun había bastante tiempo para que el lugar tuviera clientela. Fue directo a la barra y tomo asiento en uno de los bancos de metal con forro rojo. -Busco al dueño del negocio- el barman lo observo por unos segundos y luego se giro para tomar el teléfono. Mr. Lovesong se estiro por sobre la barra y tomo un tarro y la pistola de cerveza. Cuando el barman escucho el sonido de la pistola de cerveza colgó el teléfono y se dio la vuelta para gritarle a Mr. Lovesong. -Oye! no puedes hacer eso!- le arrebato la pistola pero no el tarro. Bebió un sorbo y después limpio sus labios con la manga de su saco. -Puedo hacer lo que quiera jovencito...- se puso de pie y miro a su alrededor, -en 1 hora, este lugar me pertenecerá.- Mr. Lovesong sonrió atrevidamente posando su lengua entre sus colmillos donde deberian estar sus dientes frontales y bebió de nuevo su cerveza.

Los minutos pasaron y el dueño del lugar no arribaba al bar, Mr. Lovesong terminaba su tercera cerveza cuando un chaparro con bigote estilo Alabama entro por la puerta trasera. -Es este el hombre loco del que hablaste?- dijo con un acento sureño asomando la cabeza por sobre la barra. -Así es, yo soy ese loco- dijo Mr. Lovesong con una sonrisa torcida, -porque no vamos a un lugar más privado donde podamos... hablar-. El dueño torció las cejas frunciendo más de lo humanamente posible y extendió la mano hacia las escaleras. Mr. Lovesong se puso de pie y camino delante.

Arribaron a una sala V.I.P del bar done estaba acomodada una sala de cojines de piel, la sala era sumamente blanca y brillaba bajo las luces de neon del bar, en una esquina estaba un piano. -Oh... que buen gusto.- se aventó sobre uno de los sillones y subió los pies a la mesa de centro. -Y bien? quién diablos es usted?- dijo el dueño con un tono exasperado. -Soy la persona que lo hará pasar de cómodamente rico a millonario.- respondió Mr. Lovesong y un brillo paso por los ojos del dueño Como si hubiera sido un hechizo que se esfumara, el dueño cambio por completo su actitud. -hum, ahm, pues este...- trastabillo por el impacto y se encamino a la licorera detrás del piano. -Quiere otra cerveza? o quizá algo mas fuerte- saco una licorera de cristal cortado y sirvió dos vasos de whiskey, -hielo?- dijo sosteniendo las pinzas de hielo en su mano. -No gracias... y hágalo doble para que no se vuelva a parar- Estiro su corto brazo y le ofrecio un vaso a Mr. Lovesong para terminar sentándose en el otro extremo del sillón.

Ambos dieron un sorbo al licor y después Mr. Lovesong rompió el silencio, -Mi nombre es Ricardo Coronado, vengo del sur de España, la familia Coronado, tan acaudalada como lo allá sido, paso por un mal año fiscal, tuvimos que vender los 10 clubes nocturnos que poseíamos y lamentablemente cerré mi viñedo, el cual fue la causa de mi perdición en primer lugar...- pauso unos segundos y giro para ver como reaccionaria el dueño del bar el cual parecía estar tragándose la mentira. Sus ojos se mantenian bien abiertos mientras bebia de su vaso. "Psst, pan comido" pensó Mr. Lovesong. -Tome el dinero que pude, en efectivo obviamente, y salí del país para intentar triunfar en América. La tierra de las oportunidades... tengo solo una semana en esta ciudad y me parece un buen lugar para comenzar con mi plan-, -Su plan?- pregunto el confundido dueño del bar.

-Si, mi plan. Como mii madre siempre dijo, por que arreglar algo cuando no está roto? el viñedo fue la perdición para mis negocios, yo no sabía nada de eso y fui en contra de mis consejeros al tomar la decisión, sonaba como algo tan prometedor, fue mi unico error. Pero en lo que en verdad soy bueno, es en manejar los clubes nocturnos.- alzo una ceja y dejo el vaso vacio sobre la mesita. -Así que estoy dispuesto a ofrecerle mis servicios,- -sus servicios? a que se refiere con eso?- Mr. Lovesong se puso de pie de nuevo y esta vez el sirvió las copas para ambos. -Bueno, por una comisión de las ganancias podría actuar como un... consejero en su negocio, convertiré este bar en el mejor de la ciudad. Y le garantizo que ver a un incremento en sus ganancias por el doble de las actuales.- sonrió de nuevo y mostro su dentadura incompleta sin vergüenza alguna.

-Es más complicado de lo que parece muchacho... e estado en este negocio por 2 años y déjame decirte, que este pueblo no contiene los consumidores necesarios para lograr lo que propones. Diablos, estaba en duda si terminar con este absurdo lugar y convertirlo en un centro recreativo para adolescentes.- el dueño no parecía muy ilusionado con la idea, incluso parecía estar desmotivado de sus propios triunfos. -Bueno... adolecentes?- Mr. Lovesong tuvo la idea del millón en ese instante. -Le diré que, deme la oportunidad de redecorar el bar y cambiar las políticas, si no duplico sus ganancias en un mes, yo mismo le pagare los costos de producción mas el valor del establecimiento.- Mr. Lovesong alzó la mano para cerrar el trato, -a como lo mire, usted sale ganando. Logre o no mi promesa, terminara ganando una buena cantidad de dinero por su bar.-

El dueño lo pensó dos veces y luego lo pensó de nuevo, se sumergió en meditación observando el fondo de su vaso de whiskey vacio. -Bueno... tienes un mes, y si no logras duplicar las ganancias, deberás pagarme todos los gastos y el valor integro del bar, sin el costo de remodelaciones... eso corre por tu cuenta - Mr. Lovesong estrecho la mano enana del dueño y sonrió, -tiene mi palabra. Los Coronado siempre cumplen sus promesas -

Ambos siguieron bebiendo hasta que era tiempo de firmar los documentos. Mr. Lovesong se encargo de que el dueño estuviera lo suficientemente alcoholizado como para que pudiera leer nada, así que lo pospusieron para su siguiente visita.

Se dieron las once de la noche y la gente comenzó a llegar al bar. Al menos tres o cuatro parejas estaban esparcidas por el bar, el cual fácilmente podría albergar a cien personas más. "Psst, este lugar esta mas muerto que una momia" pensó Mr. Lovesong observando desde la zona V.I.P. la cual transformaría en su recamara por el momento, una de las paredes era de cristal por el cual se podia obervar todo el bar. La puerta sonó y uno de los empleados asomo la cabeza. -Es cierto que eres el nuevo jefe?- -Consejero en estrategia mercantil mi joven subordinado... almenos por ahora. Que se te ofrece?- Mr. Lovesong se quito el saco y lo coloco sobre el piano. -Solo quería informarle que comenzaremos con el siguiente turno, el Sr. Kosack siempre pasaba asistencia y contaba las ganancias del turno anterior.- -Sr. Kosack? ah si el dueño del lugar... bueno, esta vez tu pasaras asistencia. En cuanto a las ganancias, solo deja el fondo de caja y el resto tráelo a mi oficina.- -Su oficina Sr.?- Mr. Lovesong se sirvió otra copa y se sentó en el taburete del piano. -Si, estas dentro de ella.- sonrió pícaramente y comenzó a tocar un poco de jazz. -Muy bien Sr. Coronado,- -Por favor, llámame Mr. Lovesong. Puedes retirarte.- siguió tocando el piano y el empleado dejo la habitación. " Paso uno terminado "
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